«Me desperté llorando, con un mareo absurdo y sin fuerzas. No podía subir las escaleras de mi casa», recuerda la periodista Bruna Fioretti, de 40 años, a la que se le ha diagnosticado el síndrome de burnout (síndrome del “trabajador quemado”, en español) una enfermedad cuya definición ha sido revisada recientemente por los países miembros de la Organización